La ciudad de San sebastián tiene unos alrededores inigualables. Su
climatología ha permitido que convivan parajes de bosques de frondosos a
escasos metros de la costa conjugando el paraje natural con el paraje
marino. Si se dispone de tiempo es imprescindible visitar algunos de
los lugares que se recomiendan.
Monte Igeldo:
Constituye un espacio físico lleno
de atractivos de todo orden. Es un gran parque natural de 6,2
kilómetros cuadrados, con muy escasa población. Limita al Norte con el
mar y su litoral rocoso ofrece posibilidades para la pesca y el
descanso.
Lo recorren carreteras vecinales y caminos ideales para el
paseo. Estratégicamente situados hay una serie de restaurantes con
amplia gama de categorías. El Monte Igueldo es un
Parque de Atracciones que incorpora Hotel, y desde cuya cumbre se
divisa, de forma inmejorable, Donostia-San Sebastián. Hay, además, otros
muchos servicios: hoteles y campings, salas de fiestas y Observatorio
Metereológico.
Monte Urgull:
Es un parque urbano en un lugar
privilegiado, con edificios emblemáticos y museos atractivos a su
alrededor, que se incluye en un circuito de ocio y cultura único, al que
un visitante puede dedicar una jornada entera satisfaciendo sus
necesidades de esparcimiento culturales, gastronómicas e incluso de
compras.
Hondarribia:
Situado dentro del Espacio Natural
Protegido de Txingudi, es un pequeño pueblo costero condicionado por el
mar. Consta de una parte fortificada en torno al casco antiguo, al que
se entra por la Puerta de Santa María. El Castillo de Carlos V, situado
en la Plaza de Armas, sirve de parador turístico. El Barrio de los
Pescadores, fuera de las murallas, es una auténtica belleza con sus
casas de colores decoradas con flores.
Pasai:
Pasai está formado por tres pequeñas
localidades, cada una de ellas con una actividad económica bien
diferenciada: Pasa Antxo - puerto comercial-, Pasai de San Pedro -
dispone de una flota pesquera-, Pasai Donibane. Este último presenta una
estructura singular, pues la única calle que lo forma serpentea,
literalmente, por debajo de sus casas. Es un pueblo conocido pues aquí
vivió Victor Hugo durante su exilio, en la Plaza de Santiago. La cercana
Ermita de Santa Ana, merece un paseo sólo para ver su bella imagen de
colores.
Zarautz:
El Palacio de Narros, la Iglesia de
Santa María la Real, las Casas- Torres de Torrezlucea, el Portu o el
Makazaga, son sólo algunas de las joyas que contiene su casco antiguo.
Junto a ellas, las playas llenas de turistas, hoteles, cafés, terrazas,
pubs y muchos surfistas.
Getaria:
Junto a ella se encuentra la Isla del
Monte de San Antón, una imagen muy divulgada debido a su perfil en forma
de ratón. Juan Sebastián el Cano fue uno de los grandes navegantes que
nacieron en este pueblo portuario, uno de los más antiguos de Guipúzcoa.
La Iglesia de San Salvador es uno de los pocos templos que se pueden
visitar en los que el interior, está en cuesta.
Zumaia:
Es uno de los pueblos costeros más
visitados por la calidad de sus playas y por el museo de Zuloaga. La
playa más conocida es la de San Telmo, cuyo acantilado sufre de flysch,
un curioso fenómeno geológico. Este fenómeno consiste en el
deslizamiento de las capas blandas de la tierra sobre las capas duras,
de esta manera, salen al descubierto fósiles marinos, con más de cien
millones de años de antigüedad.
Entre los edificios que merece la
pena visitar, se encuentran el Palacio de Olazábal, la Casa de Agirre,
el Palacio de Ubillos y el Museo de Laia, dedicado a la artesanía
histórica de la zona. También disponde un bonito templo, la Iglesia de
San Pedro, construido entre los siglos XIII y XIV en estilo gótico -
vasco, con bóveda de crucería. Guarda en su interior un valioso retablo
de Joanes Antxieta.
Mutriku:
Su Puerto, construido en el siglo XIII,
es uno de los más antiguos de todo el País Vasco y ejerce de eje de
todas las calles, pues todas comienzan aquí, de manera perpendicular.
Aparte de la bonita playa de Santurrarán, aquí está la Plaza de
Churruca, con el monumento dedicado al marinero muerto en Trafalgar.
Santuario de Loyola: Entre Azpeitia y Azkoitia
La
Casa - Torre donde nació San Ignacio de Loyola, en 1491, se mantiene en
pie a pesar del paso de los siglos. Fue construida en el siglo XIV con
cierto aire mudéjar, gracias al ladrillo visto. En la conocida Capilla
de la Conversión, San Ignació vivió su profunda experiencia religiosa
que le llevó a dejar las armas que le habían llevado a estar postrado
allí.
Ermita de Nuestra Señora de la Antigua:
Muy
cerca de Zumárraga se alza este sencillo edificio catalogado como
Monumento Histórico- Artístico. Fue construido entre los siglos XIII y
XIV dentro del románico vasco, con algo de presencia gótica. Esta Ermita
fue, durante siglos, el templo más importante de la zona. Aquí
acudieron personajes históricos a cumplir con sus obligaciones
espirtuales, como Miguel de Legazpi, San Francisco de Forja e incluso
San Ignacio de Loyola.
Santuario de Nuestra Señora de Aramtzazu: Rodrigo
de Balzategi, pastor de esta zona, tuvo una aparición de la virgen en
1468, de ahí la ubicación del santuario que se convirtió en uno de los
principales sitios de peregrinación de todo el País Vasco. En estos
años, el templo constaba de una ermita y un pequeño betario. Cuando se
instalaron allí los franciscanos, hacia 1541, se proyectó la
construcción del templo actual.
Está compuesto por una planta en
forma de cruz, con un total de siete capillas absidiales. El templo
moderno, está realizado en piedra, hormigón y madera, lo que trasluce la
modernidad de la construcción. Lo más antiguo es la imagen de la
Virgen, pequeña talla del siglo XIII, de apenas treinta y seis
centímetros de alto.
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